Imagina que estás viendo una película romántica. Los protagonistas han disfrutado de una cena deliciosa, un paseo antes de llegar a casa, un cielo con estrellas y las manos entrelazadas. Todo está saliendo perfecto. Llegan a casa y comienzan los besos, las caricias, los mordiscos en el cuello. Él no puede más, ella no puede más, se desean y entonces… ¡puf! Se acaba. Apenas unos segundos y eso es todo amigos.
Lo que parece una escena de un mal guión de cine les ocurre a muchas parejas en la vida real. El tiempo medio para que un hombre alcance el orgasmo es de algo más de 5 minutos, un promedio que dista mucho de lo que tanto ellos como ellas esperan de unas relaciones sexuales satisfactorias. Por eso, y para que la historia tenga un final largo y feliz, aquí van unos consejos sobre cómo durar más en la cama.
No seas demasiado celosa y deja que tenga un rato para él ya que la práctica del onanismo sirve a la perfección en estos casos. La masturbación entre una y dos horas antes de mantener relaciones sexuales sirve además de para relajarle, para ayudarle a conocerse mejor a sí mismo. Además, si aprende a realizar masturbaciones que duren al menos quince minutos le entrenarán para lo que está por venir.
La práctica de ciertas posturas sexuales no sólo acaban con la monotonía y el aburrimiento sino que además ayudan a retardar la eyaculación. Practicar el misionero está bien pero cuando él se encuentra en la parte de abajo en vez de en la de arriba, su pene recibe menos estimulación y le permite durar más durante las relaciones sexuales.
Hay que darle las gracias a todos los fabricantes de profilácticos por que gracias a ellos podemos disfrutar de una magnífica variedad de preservativos que se adaptan a cualquier tipo de necesidad. Usar condones gruesos que ayuden a disminuir la sensación en el pene son un complemento ideal para que los encuentro sexuales no terminen en un abrir y cerrar los ojos.
Existen técnicas que pueden ser compartidas cuando existe la suficiente confianza entre la pareja. Si todo el proceso se está desarrollando a la perfección pero el espectáculo está a punto de terminar sin apenas haber llegado al primer tiempo, podéis parar, bien presionando suavemente bajo el glande o con otro tipo de gesto que disminuya casi de inmediato el nivel de excitación, favoreciendo el desalojo de sangre en la zona del pene y reprimiendo el momento de la eyaculación.
El ‘aquí te pillo, aquí te mato’ no es precisamente el mejor aliado para que pasar un largo rato deleitándose en los placeres de la carne. Aprender a bajar el ritmo y concentrarse en movimientos suaves es fundamental para hacer que el momento de la eyaculación se retrase. Ejemplo de ello son las caricias con la cabeza del pene en la vagina sin que se produzca la penetración para que aprenda a controlarse sin tener que forzosamente eyacular de inmediato.
El entrenamiento mediante el uso del denominado ‘kegel’, es decir, interrumpir o cortar el flujo de orina y reanudarlo en repetidas ocasiones, ayuda a fortalecer los músculos implicados en el control de la eyaculación de tu pareja. Recuérdale que debe apretar los músculos, contener unos segundos la orina y repetir el proceso varias veces durante la micción y en cuantas micciones sea posible.
Los avances de la ciencia también sirven para mejorar las relaciones sexuales. En el mercado, ya sea online o en tienda física, existen gran cantidad de productos retardantes en forma de lubricante, crema o spray que, una vez que se aplican en el pene, tienen un efecto anestésico que adormece el miembro retrasando la eyaculación.
Todo lo anteriormente citado está muy bien siempre y cuando exista un grado de comunicación con tu pareja. Ayudar a conoceros mejor el uno al otro y hacerle entender que cuando más disfrutas es cuando los dos os lo pasáis bien es imprescindible. La falta de autoestima en la cama puede provocar inseguridades que lleven a tu chico a situaciones incómodas que a ninguno de los dos os van a beneficiar.