Abordar el tema de la eyaculación precoz (EP) de forma positiva, sin sonar insensible o poco empático no siempre es fácil. Pero dejando de lado los miedos y los complejos, si nos fijamos en las estadísticas, uno de cada cinco hombres ha sufrido, sufre o sufrirá de EP, lo que nos da algunas pistas de que este es un problema más común de lo que creemos.
Y es que para qué engañarnos, si somos realistas probablemente tú o tu pareja sexual os hayáis encontrado en esta situación en algún punto. Y por ese motivo, creemos que se debería hablar de la eyaculación precoz abiertamente. Allá vamos.
Lo primero y más importante que debes saber es que, cuando hablamos de eyaculación precoz, no hablamos de ninguna enfermedad, sino de una disfunción sexual. ¿Qué significa eso? Pues que en la gran mayoría de los casos tiene solución, ya que se pueden seguir trucos que te contaremos a continuación o entrenarse para aguantar más durante los encuentros sexuales.
Pero si hablamos de qué es lo que provoca la EP, los factores más comunes son psicológicos y/o físicos.Algunas situaciones que pueden desencadenar la EP son:
Lo primero, aceptarlo: si bien muchos hombres lo sufren, muchos también optan por no hablar del tema. Es normal, porque se trata de un problema que genera inseguridad, preocupación y frustración, un círculo vicioso del que puede ser difícil salir. Por eso, el primer paso para solucionarlo es asumirlo.
Pero si no estás seguro, podemos decirte de forma orientativa que se considera que las personas que padecen de EP, eyaculan durante el primer minuto de la penetración de manera habitual, es decir, cada vez que se mantienen relaciones sexuales.
Si bien se dice que lo ideal es que la eyaculación ocurra como mínimo tras 6-7 minutos después del inicio de la penetración para poder dar margen para que ambas partes lleguen al orgasmo, es esencial recordar que la calidad de las relaciones sexuales no se debería catalogar únicamente basándonos en el tiempo que dura la penetración.
Evidentemente, reducir la presión psicológica a la hora de mantener relaciones sexuales e intentar salir del círculo vicioso ayudará a reducir las probabilidades de eyacular precozmente, pero sabemos que eso suena más fácil de lo que realmente es. Por ello, te damos algunos trucos que puedes poner en práctica desde ya:
Durante la masturbación o la penetración, intenta controlar la respiración y seguir un ritmo más pausado de lo normal, de modo que se ralentice la llegada del clímax y, por lo tanto, de la eyaculación.
Algunos trucos como hacer pausas durante el sexo o la masturbación, cambiar de postura o pensar en otra cosa justo cuando se esté a punto de llegar al orgasmo suelen funcionar muy bien para evitar eyacular tan rápidamente.
Existen ejercicios para fortalecer los músculos pélvicos, son los llamados ejercicios de Kegel, que consisten en contraer la musculatura durante unas cuantas sesiones (como si se cortara el chorro del pipí) de forma que los músculos se refuerzan y por lo tanto hacen que exista un mayor control a la hora de eyacular.
Optar por presionar un poco la punta del glande o la zona del perineo (entre los testículos y el ano) antes de llegar al orgasmo también puede ayudar a frenar la eyaculación.
Este truco es uno de nuestros favoritos. La EP es tan común que existen una gran variedad de formas de aliviarla. De hecho, en el mercado se pueden encontrar diferentes tipos de pastillas, cremas, sprays o geles retardantes que ayudan a dilatar el momento de la eyaculación y a prolongar el placer de los dos miembros de la pareja. Te lo contamos al detalle.
Los denominados productos ‘retardantes’ se llaman así porque en la mayoría de casos están compuestos por una pequeña cantidad de anestésico local que, una vez aplicados en el pene, adormecen y reducen la sensibilidad de la zona consiguiendo que el momento del clímax se retrase. Existen incluso preservativos que cumplen la misma función, ya que contienen una pequeña cantidad de retardante.
Aplicar, esperar y actuar:
Los geles que dilatan el momento de la eyaculación suelen ser inocuos para quien los usa y no tiene efectos secundarios ni sobre el propio organismo ni para la pareja, pero sí que ayudan a que las relaciones íntimas no terminen antes de empezar a disfrutar provocando insatisfacción en ambas partes. La mayoría de geles retardantes tiene una forma de aplicación muy similar. Los fabricantes recomiendan que se extienda sobre el miembro masculino antes de comenzar las relaciones sexuales dejando el margen suficiente para que la crema se absorba y empiece a funcionar. En caso contrario se puede transferir parte del producto a la pareja reduciendo también su sensibilidad.
En cuanto a la cantidad que deberías aplicar, aquí no funciona la máxima de más es mejor. Si aplicas una cantidad excesiva de gel puedes conseguir un adormecimiento tal que pierdas completamente la sensibilidad en la zona del pene, consiguiendo que las relaciones sean poco o nada satisfactorias.
Recuerda leer las instrucciones de uso, aunque aquí tienes algunas pautas, es importante seguir las recomendaciones del fabricante, ya que el tiempo de aplicación, los componentes o las reacciones secundarias pueden variar entre un producto y otro.